En el marco del operativo Lapacho, personal policial realizó un particular secuestro de animales silvestres, con pocos registros en la provincia. Se trata de una serpiente Boa Arcoíris y de un lagarto Gecko Leopardo albino, que viajaban de contrabando camuflados en un camión de encomienda para ser comercializados en Buenos Aires.
La medida se llevó a cabo el jueves 14 de noviembre en el destacamento fronterizo de 7 de Abril, al límite con Santiago del Estero. Alrededor de las 19.15 un camión de encomiendas circulaba por la ruta 34 cuando en el kilómetro 896 se detuvo en un puesto de control. Según explicó el jefe de la Dirección General de Unidades Especiales, Fabio Ferreyra, al inspeccionar el rodado con un scanner, una de las cajas que transportaba arrojó movimientos inusuales y características morfológicas que indicaban que podría haber un ser vivo en su interior. “Al notar la irregularidad se solicitó permiso al Juzgado Federal N°2 para abrir la encomienda. Una vez que recibimos el visto bueno procedimos a revisar el paquete y notamos que se encontraban almacenados la Boa Arcoíris y el lagarto Gecko Leopardo albino”, dijo.
Al estar ante un posible caso de tráfico de animales intervino la División de Delitos Rurales que dirige Miguel Amaya para inspeccionarlos. “Estos animales habían partido desde Aguas Blancas, un departamento de la ciudad salteña Orán, y tenían como destino Buenos Aires. Afortunadamente los animales se encontraban en buen estado, pero de igual manera recibieron atención veterinaria por orden de la Dirección de Flora y Fauna de la provincia”, informó el comisario.
Mascotas exóticas
Amaya explicó que no es usual el secuestro de este tipo de especies, en comparación a otros animales silvestres, como sucede con los pájaros, por ejemplo. Además indicó que la finalidad de su comercialización es, principalmente, para tener a estos animales como mascotas.
Narcomenudeo: un ex convicto utilizaba como pantalla la venta ilegal de animales silvestres para comercializar droga“Las boas son una especie protegida que las utilizan comúnmente como mascotas exóticas. Esta en particular, era un pichón y las arcoíris no son venenosas, por eso el interés. En cuanto al lagarto, en la cultura popular se suele creer que el gecko albino es de buena suerte, por eso la gente quiere tener estos animalitos en peceras. A pesar de que el secuestro se produjo en la provincia, Tucumán no es un lugar donde se comercialicen animales como estos dos; pasa más en provincias como Buenos Aires”, dijo.
“La acción de retener animales silvestres en un domicilio particular, como si fueran animales de compañía, se denomina “mascotismo”. El principal promotor del mascotismo es el tráfico ilegal de fauna, lo cual implica la extracción de animales silvestres de su hábitat natural para ser retenidos y/o transportados, generalmente, bajo condiciones deplorables de higiene y saneamiento”, señaló Nicolás Marchán, ex jefe de la División de Delitos Rurales VI.
Animales silvestres: cada vez más familias los eligen para domesticarlos: estos son los peligrosAl no tener compradores masivos, como sí pasa con las aves silvestres, la forma de comercializar cambia y es mucho más cerrada. “No se suelen ofertar en grupos de compra-venta de Facebook o en ferias, sino que es un grupo más exclusivo. Algunos vendedores sólo realizan las transacciones con personas que conocen”, explicó Marchán.
Según averiguaciones que hizo LA GACETA, el precio de las boas arcoíris puede rondar entre $1.500.000 y $2.000.000. El Gecko Leopardo, al ser albino tiene un precio más elevado que los demás y su precio ronda entre los $90.000 o U$D 50.
Tanto la boa como el lagarto fueron revisados por veterinarios especializados y en los próximos días se determinará cuál será su nuevo destino. “La serpiente es muy probable que pueda ser liberada en la zona de los cerros; si bien no es autóctona de la provincia, tenemos un hábitat propicio para su especie. No así con el Gecko Leopardo; puede ser que sea enviado a alguna reserva fitozoológica que tenga las condiciones de alojar a un animalito de esas características”, expresó Amaya.
En cuanto al vendedor y comprador, el comisario Ferreyra informó que sus datos estaban registrados en los detalles de la encomienda, por lo que están a la espera de conocer qué medidas adoptará la Justicia Federal.
Daño al ecosistema
“El cuarto comercio ilegal que hay en el mundo es el tráfico de fauna. La Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza y El Convenio de Tráfico de Especies Amenazadas estiman que eso mueve alrededor de U$D 20 mil millones anuales”, le dijo a LA GACETA el director de la Reserva Experimental de Horco Molle, Juan Pablo Juliá.
Rescataron tres animales silvestres, los rehabilitaron y los liberaron en su hábitat naturalEl profesional informó que el promedio que tienen calculado los especialistas es que por cada animal traficado que llega a un punto de venta, mueren siete u ocho de ellos en el camino. “Esto sucede porque hay todo un circuito ilegal que incluye la captura, que a veces se hace con métodos muy cruentos; que incluye el acopio, donde los animales están hacinados y mal alimentados o heridos; y luego el traslado. En todo ese proceso hay una mortandad tremenda porque tienen que hacerlo a escondidas”, sostuvo.
“Todo esto hace que la presión sobre las especies silvestres sea tan alta que se haya puesto en peligro a especies como la tortuga terrestre, el mono carayá o los lagartos”, agregó.
Juliá también se refirió a la esperanza de vida que tienen los animales silvestres que son adquiridos como mascotas exóticas. “Todo depende de quién los reciba y qué tanto sepa de los cuidados que necesitan. De todas formas, para la naturaleza están muertos porque dejan de reproducirse y de cumplir su rol en el ecosistema. Además muchas veces se la pasan en peceras, en jaulas o encadenados, por lo que no es una buena vida para ellos”, advirtió.